Cambio de punto de vista
Por Luis Peralta
Ayer me invitaron a una fiestuqui privada. Y qué fiestuqui, madre mía. De la parada del metro a la casa (¿o debería decir mansión?) vimos coches, como en todos los lados… Pero cuando empezábamos a ver coches de estos que en casa ves uno al día o a la semana aparcados uno al lado de otro… Ya nos empezó a entrar el miedo: “se van a pensar que somos los de la limpieza” nos decíamos.
Ninguno de nosotros había estado nunca en una fiesta así. Para empezar, los únicos españoles éramos nosotros (lo que es todo un hito aquí en Múnich). Para seguir, si normalmente jugamos a encontrar la guapa en las fiestas, aquí teniamos que jugar a encontrar la fea.
Y todo esto pasó en una fraternidad, que es una cosa bastante complicada, aunque creo que no se va mucho de la idea que solemos tener del asunto (las americanas, por las pelis). Y ¿cómo me enteré del asunto? Pues gracias a un amigo que conocí por Internés. Lo que hay que ver, ¿eh? Y que luego me digan que Jabber no mola ;)
Puede que pongan las fotos en la web de la fiesta (esta gente se compra un dominio distinto para cada evento…).