MVV
Por Luis Peralta
El transporte público en esta ciudad funciona. Pero para entender los tipos de bonos que uno puede comprar hay que estudiar una carrera, por lo menos. No quiero dar mucho detalle, simplemente decir que la ciudad está dividida en anillos concéntricos y dependiendo de nuestro trayecto habitual, pagaremos X anillos. Luego está la ventaja de la Grüne-Jugen-Karte, que permite viajar por toda la ciudad (pero siempre que tengamos el billete de nuestro trayecto habitual. Exites cierto chanchullo para la gente que estudia en el campus de Garching y vive más o menos en el centro de la ciudad, pero éso es otra historia.
Pues bien, para conseguir tener el susodicho bono, necesitamos ser alumnos de la TUM (o de cualquier otra universidad). La gente que organiza el cursillo de orientación para estudiantes Erasmus, que son los de AEGEE (que también están en la UJI), nos ha dado un papel que se supone que sirve hasta que tengamos el recibo de la matrícula, que en mi caso es el día 20 de octubre.
Eso son las suposiciones, la realidad es más bien distante. Acompañado de mis inseparables compañeras de vivencias, hemos ido a sacarnos el susodicho bono. Cada uno en una cola, para tardar menos. Cada uno con los mismo papeles. Mi cola avanza más rápido. Llego el primero. El hombre detrás de la ventanilla no parece mal tipo. Resulta ser un cabrón. Una acreditación de que soy Erasmus quiere. Cabrón. Alicia ha tenido la misma suerte en otra cola. Por suerte, en la de Teresa todo ha ido bien. Y, después de más de una hora de cola, hemos conseguido el, ya maldito, bono de transporte.
Los funcionarios alemanes tienen muuuu mala leche. Dios. Y eso que no estoy contando cómo me he empadronado en esta ciudad (Anmeldung).