Potra
Por Luis Peralta
Eso es lo que tengo.
Ya tengo habitación definitiva. A partir del día 15 de octubre dejaré de estar de prestado en la habitación de las queridas Alicia y Teresa. Me trasladaré al edificio verde que llaman aquí, que parece que es el que tiene las habitaciones individuales más grandes (y, por lo tanto, más caras). Desde luego el precio que pagaré no tiene nada que ver con lo que se pagaría en España: 220 euros. Más información de donde voy a pasar los siguientes meses aquí.
Pero todavía no he explicado el porqué de la potra. Resulta que conseguir una habitación aquí es casi imposible. Las habitaciones individuales tienen una lista de espera de tres semestres y las dobles, en pisos compartidos, de uno. Yo estaba realmente preocupado por saber dónde iba a establecerme. Y no era el único. El primer día que estuve aquí conocí a bastante gente que estaba en la misma situación que yo y que, además, se estaban moviendo mucho más que yo (claro, yo acababa de llegar).
Acompañando a Teresa a las oficinas (el famoso Verwaltung), pregunté si había alguna habitación libre y la respuesta fue un “NO”. O mejor dicho, un “NO”. Pero al salir de las oficinas viene una mujer corriendo detrás mio y me pregunta que si buscaba un appartment, que es como llaman a las habitaciones individuales que tienen baño y cocina integrados. La respuesta fue, por supuesto, que buscaba cualquier cosa.
Y así estamos. El resto de gente sigue buscando habitación de forma desesperada y yo hasta me siento un poco mal por haberla encontrado tan pronto.
Por lo demás, todo va bien. Los trámites que hemos cumplido hasta ahora son la apertura de la cuenta en el banco y rellenar el formulario para empadronarse. Supongo que con un poco de tiempo iremos acabando con la maravillosa lista de cosas pendientes.
Espero que deje de llover pronto. Que lleva más de un día sin parar…